La Transformación a Través de la Palabra de Dios en Nuestras Vidas

Amor por Dios y los demás: La esencia de un ministerio fiel

El fundamento de nuestro ministerio es el amor: amor por Dios y amor por nuestro prójimo. Jesús mismo lo declaró cuando dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39).

No podemos hablar de transformación sin hablar de amor. La Escritura nos enseña que el amor no es solo un sentimiento, sino una entrega total. Amamos a Dios cuando guardamos Su Palabra, cuando la obedecemos y cuando la proclamamos con fidelidad. Amamos a los demás cuando les compartimos la verdad que puede darles vida y transformación.

Charles Spurgeon dijo una vez: "Nada puede ser más excelente que un corazón lleno de amor a Dios y al prójimo, pues en ello se encierra toda la Ley y los Profetas."

Nuestro ministerio no busca entretener ni ajustarse a las tendencias del momento. Buscamos reflejar el amor de Cristo en todo lo que hacemos, proclamando Su verdad sin compromisos y mostrando a otros el camino de la vida.

El celo por ser plenamente bíblicos

En un tiempo donde muchos buscan respuestas en filosofías humanas y emociones momentáneas, nosotros afirmamos con convicción que la Palabra de Dios es suficiente. No necesitamos añadirle ni quitarle nada, porque en ella está todo lo que el creyente necesita para conocer a Dios, crecer en la fe y servir con eficacia.

"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." (2 Timoteo 3:16-17)

John Wesley, un hombre apasionado por la Escritura, dijo: "Denme la Biblia, nada más que la Biblia, y tendré suficiente para guiar mi vida y mi ministerio."

Nuestro celo por ser plenamente bíblicos no es fanatismo ni extremismo, sino una profunda convicción de que solo la Palabra de Dios transforma vidas. No predicamos ideas humanas ni motivación superficial; predicamos la verdad que redime, libera y da esperanza eterna.

La Palabra de Dios nos enseña cómo crecer y ayudar a los demás

Dios nos ha dado en Su Palabra todo lo necesario para nuestra vida cristiana. En ella encontramos dirección sobre cómo:

• Conocer a Dios y relacionarnos con Él:

• "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad." (Juan 17:17)

• Crecer espiritualmente en todas las áreas:

La Biblia afirma lo siguiente: "Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación." (1 Pedro 2:2) Esta palabra es la que nos hará crecer en nuestra vida espiritual, personal, familiar, económica, como cristiano comprometido y una persona que trabaja de lo mejor.

• Ayudar a los demás y ser un canal de bendición:

  Nuestro llamado es estar atentos en ser una bendición pata todas las personas, Jesús lo demandó de esta manera : Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo 5:16)

• Es de gran bendición cumplir con su mandato de: "Ir por todo lugar anunciando el evangelio". No importa lugar, las comodidades, si no esperan multitudes o grupos pequeños, es una bendición ser útil a Dios en todo lugar y circunstancia.
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El verdadero ministerio no es quedarse en un edificio, sino llevar la luz de Cristo donde hay oscuridad. Como dijo A.W. Tozer: "Una iglesia que no evangeliza, se fossiliza."

Nuestro llamado es claro: vivir conforme a la Palabra, crecer en el amor de Dios, y llevar Su mensaje hasta lo último de la tierra. No hay mayor misión, no hay mayor privilegio.

Conclusión: La Biblia es suficiente para transformar vidas

No necesitamos filosofías modernas ni métodos humanos para llevar el mensaje de salvación. La Palabra de Dios es viva y eficaz, capaz de cambiar corazones, sanar heridas y guiar a cada persona en el propósito eterno de Dios.

Nuestro compromiso es con la verdad bíblica. Amamos a Dios, amamos a las personas y creemos que solo la Escritura tiene el poder de traer la transformación real que el mundo necesita.

Martín Lutero afirmó: " "La Palabra de Dios es el ancla del alma en tiempos de tormenta."

Que esta verdad nos guíe siempre en nuestro caminar y en nuestro ministerio.